Sudor mucho sudor y un polvo marrón que lo inunda todo, el Soldado Orozco asociara toda su vida la misión en Mali con el traje de campaña pegado a la piel, y unas llanuras picoteadas de pequeñas mesetas inabarcables para la vista. Con insectos como helicópteros y caminos polvorientos y angostos.
Estamos en 2023, desde hace un par de años, todo el Sahel y el centro de Africa esta cayendo como fichas de domino una nación tras otra bajo la influencia Rusa y China . Desde hace años los viejos Estados nación de la Unión Europea, envían ayuda humanitaria e invierten en la explotación de recursos naturales, caridad y expolio. Sirviendo la primera para calmar la mala conciencia por el segundo, sin promover ningún tipo de cambios ni de progresos reales en el continente, por no hablar de USA, al Tío Sam pura y simplemente solo le interesan el Coltan y los Diamantes.
Rusia y China en cambio desean lo mismo que el mundo occidental. Libre acceso a los recursos mineros, pero son mas hábiles, y mientras China ofrece una cantidad ingente de prestamos y construye infraestructuras por todo el continente negro. Rusia se relaciona con los Estados Africanos mediante una ventanilla única ofreciendo seguridad ( tropas de mercenarios), armas, cereales y fertilizantes o asesoria en explotación minera.
Para colmo, nosotros tendemos a negociar y mantener dictadores, mientras en público criticamos a esos mismos dirigentes por su nulo respeto por los derechos humanos y las libertades civiles, pues claro que no los respetan son dictadores.
Y mientras perdemos tiempo e irritamos a las élites locales, Rusos y Chinos hacen tratos, si ellos quieren algo del Congo o de Sudan negocian con quienes controlan esos territorios, con pragmatismo y sin dilemas morales.
Si tienen que hacer un trato con Satanas lo hacen y punto, Satanas entrega Litio y Putin mercenarios y trigo, todos tan contentos.
Los tres VAMTAC de la Sección circulaban rápido, Orozco se dejaba la vista tratando de intuir algo a los lados del camino a través de la enorme polvareda que levantaba el vehículo del Teniente. Ibamos rápido, tal vez demasiado pensó nuestro protagonista. La idea es llegar a la Base de día pero si tenemos un accidente será mucho peor.
Estamos en “ mitad de la puta nada”, y somos dieciocho tíos cada uno con su fusil HK, también tenemos tres ametralladoras del 12’70 y un par de lanzadores de misiles “Spike”, aunque a estos últimos mejor no los cuento¿ ha que deberíamos dispararles con ellos?, esta gente no ha visto un tanque ni por la tv. Pero somos el Regimiento número 8 de Caballería Paracaidista y siempre portamos nuestro armamento contracarro, aunque los únicos carros aquí, sean los arrastrados por bueyes.
-¿A que velocidad vamos mi Brigada?.
-A unos 80 km/h, ya se que parece que vamos a 200 pero es lo que tiene circular por estos caminos de cabras.
El Brigada Hernan era un tipo fiable, con sus 103 kg de pura autoridad no necesitaba levantar la voz nunca, era uno de esos hombres que te miraba a los ojos y te “meabas”encima, a pesar de su reconocida mala leche me alegre cuando me toco en su tripulación en Mali, no me iría voluntariamente de marcha con Hernan ni de coña, pero no se me ocurre un jefe mejor con el que irme al combate.
El VAMTAC seguía dando saltos, el polvo lo envolvía todo, polvo, sudor, Mali.
¿A cuanto estaríamos de la Base, a unos 200 km?. Se me estaba haciendo eterno, pero lo peor no era el paso del tiempo, lo peor era esa sensación, algo dentro de mi me decía que daba igual que faltasen 200 o 20 kilometros, la convicción de que el convoy no llegaría.
Fin del Capitulo I de “CONVOY”, en Valencia (España) a 23 de agosto del 2023.
Ernesto.
