BIENVENIDOS

Después de perder mi terror tecnológico con el Facebook, me lanzo a la aventura definitiva, el plasmar mis vivencias, recuerdos y en otras ocasiones aventuras imaginarias. En este blog sin mas preámbulos, os doy a todos la bienvenida a este rincón del guerrero consciente.

viernes, 20 de abril de 2012

GENIN IV


Sonaba la música a todo volumen, yo lo agradecía ya que me permitía desconectar y no estar todo el tiempo hablando con mis “queridos compañeros”, además la mayor parte de los comensales de la cena ya se habían dividido en grupos que estaban dispersos entre todos los locales del casco viejo de Hernani. Yo conseguí permanecer en un grupo bastante amplio del que también formaba parte Juanma, estaba totalmente concienciado del porque  de mi presencia en Hernani aquella noche, y aunque era poco probable que mi objetivo tratara de aprovechar su estancia en la cena de la coordinadora para en un momento dado despistarse, y entrevistarse a solas con alguien de la otra organización en la que militaba, ETA. Permanecí obstinadamente cerca de el aunque siempre bailando sobre el estrecho hilo que te permite estar adherido a una persona sin que esta apenas repare en tu existencia.
 Pero si puede que Juanma estuviese relajado yo no lo estaba, y note que  el ambiente del local en el que estábamos se estaba enrareciendo por momentos, era mas una sensación subjetiva que un hecho demostrable, pero yo al igual que los elefantes percibo los terremotos, así que solté el vodka con limón consumido en un ochenta por ciento que tenia en la mano, y que seguramente tenia mis sentidos abotargados, para poder articular una reacción a vete tu a saber que, hay que comenzar desde el principio por sistema. ¿Dónde estaba?, mecago en la leche , no sabia donde estaba, pero al menos ya podía confirmar que mis sentidos estaban al menos tan ralentizados y torpes como el trafico en jueves santo, comienzo a mirar las paredes del local, ikurriña, fotos de presos, un póster en el que se puede ver a un enorme cerdo al que le habían puesto una guerrera verde y un tricornio, y como no, los dos individuos que permanecían al otro lado de la barra con sendas camisetas en las que se podía leer “euskal presoak euskal herrira”, estaba en una herriko taberna y no me percate hasta entonces (Jesús eres un monstruo, te has conseguido infiltrar, porque con lo gilipollas que eres quien sospecharía  de ti ), estar en una herriko para mi era bueno, pero estarlo sin tener conciencia era muy malo me había dejado influir por el ambiente y la ingesta de alcohol, baje la guardia, por un momento no tuve muy claro si estaba en una zona de marcha de Guipúzcoa o de Valencia. No hable de mas no me traiciono el subconsciente, pero quien sabe durante cuantos minutos estuve vigilando a mi objetivo totalmente descolocado, como si fuese un detective tras un marido infiel, y sin tener en cuenta que el exceso de confianza mata a mucha mas gente que el SIDA.
Mientras yo me flagelaba por el descuido, las cosas ocurrían con rapidez a mi alrededor , me percate como un grupo de jóvenes borrokas que llevaban un buen rato en la otra punta de la barra, comenzaban a moverse y a mantener breves conversaciones con otros  “alternativos” que entraban y salían de la herriko. Entonces algunos de aquellos borrokas entraron en la trastienda de la Taberna, y salieron con un par de cajas de cerveza, pero los botellines de las cajas estaban rematados con cinta aislante y los portadores de las cajas aceleraron el paso hasta casi correr para ganar la acera.
Aquello ya no tenia gracia, estaba a punto de comenzar un disturbio conmigo en medio, no lo que es peor, en un bando, en el malo, a todo esto Juanma  seguía  contándole toda su vida, a juzgar el rato que llevaban hablando a un dirigente Vizcaíno de la coordinadora, y no paro hasta que en un intervalo de unos diez segundos dos fortísimos fogonazos iluminaron a través de los ventanales todo el local. En la calle estaban ardiendo dos contenedores de basura, también se veía a un numeroso grupo de jóvenes con los rostros cubiertos por pañuelos palestinos o pasamontañas, cruzando en el centro de la calle un Renault 21 de color blanco, como era de esperar, Mikel y Iosu reaccionaron dando saltos de alegría , ellos no concebían una buena noche de marcha si al final no se destrozaba un poco de mobiliario publico, y no se gritaba un poco “gora ETA militarra”, salieron a la calle y comenzaron a jalear a los energúmenos que habían incendiado los contenedores con gritos, saltos y palmas como si estuviesen en un concierto de “rock”, los incendiarios pertrechados tras sus pasamontañas, se mantenían imperturbables sujetando de forma aparentemente dura y amenazadora con sus manos diestras cada uno un “cóctel molotov”, estaban desplegados imitando un pelotón de infantería, cubriéndose las espaldas unos de otros y ocupando las dos aceras y las cuatro esquinas de la calle, en realidad todo era una pose, como la del Subcomandante Marcos y sus Zapatistas. Ya que después de consumarse el estrago y la barricada no se produjo ninguna carrera, tampoco ningún disparo sonó en la noche, simplemente no ocurrió nada, y es que todos sabíamos que la “Ertzaintza” no intervendría nunca en el casco viejo de Hernani,
Los encapuchados quemaron esos contenedores por la simple razón de que era lo único quemable en todo ese barrio, ninguna cabina telefónica y desde luego ningún cajero automático, en cuanto a vehículos ya se puede imaginar que el único aparcado en la calle era el R 21, la paz impuesta por la dictadura solo se vio truncada por una mujer de unos sesenta años de edad, que asomándose al balcón de un primer piso dijo:
-¿Que hacéis con el coche de mi sobrino? ……bestias.
-cállate borracha ….contesto un borroka.
Supongo que como la montaña ni se inmutaba, Muhamad decidió hacer algo, la Ertzaintza cuando ocurrían estos disturbios en lugar de sofocarlos, supongo que intentaba evitar que se extendieran, y para eso cerraba las calles de la zona en la que se estaban cometiendo los desmanes, renunciando a detener a sus autores, a cambio de que estos no salieran a quemar cajeros o autobuses fuera de la zona que les cedía la administración. En la práctica ocurría que los cascos viejos de las ciudades o pueblos enteros  como Oyarzun o Usurbil en Guipúzcoa, Echarri Aranaz en Navarra u Ondarroa en Vizcaya estaban bajo el completo control del entramado Etarra.
Volviendo a aquel día, como decía,   los “Jarraitus” no le encontraban diversión a quemar contenedores y levantar barricadas sin resistencia, de modo que se dirigieron a un cruce de calles que distaba unos doscientos metros, y que estaba tomado por los antidisturbios de la Policía Autonómica, los “Beltzas” (negros), apodo popular que provenía de su  muy paramilitar uniformidad compuesta de yérsey, pantalón, botas, guantes y pasamontañas negro, todo combinado con  un casco rojo muy mono, para mi sorpresa Juanma debía sentirse tan impune que pese a no conocer la zona, y a que ya no tenia 17 años, decidió unirse al deporte de moda ……. Apedrear a los “Zipaios” (Ertzaintza en el argot Etarra)  y ni corto ni perezoso se unió al “totum rebolutum” de terroristas callejeros  organizados , terroristas callejeros ocasionales y borrachos de fin de semana,  que comenzó a hostigar a distancia a los “Beltzas” con piedras y cocteles incendiarios, yo se supone que no tenia que correr riesgos innecesarios, pero mi objetivo e inmediatamente me di cuenta, mas de la mitad de los asistentes a la asamblea de la coordinadora,  estaban inmersos en el enfrentamiento, de forma que me cubrí el rostro con mi Palestino de la forma mas estéticamente revolucionaria posible, corrí hacia el cruce , grite CABRONES, y tome un canto rodado, de uno de los sacos llenos de piedras , cantos y trozos de ladrillo, que los terroristas habían situado en las aceras para autoservicio.
Lo tire con fuerza, aunque apuntando con cuidado a una zona en la que no  se encontraba ningún policía, comenzaron a sonar los disparos y el inconfundible clic-clack metálico producido cuando los antidisturbios cargaban las escopetas de repetición tras cada detonación, yo como era uno de los buenos, y además no tiraba a dar me mantuve de pie y sin moverme entre las pelotas de goma volando, mientras continuaba  con mi interpretación, “CABRONES…. DESGRACIAOS”  lance una segunda piedra esta vez para ser mas creíble contra la carrocería de una de las furgonetas, pero lógicamente los Agentes no tenían ni idea de quien era yo. Así que de pronto mientras gritaba algo con el puño en alto, me quede sin respiración, y un agudo dolor en el abdomen casi me hace caer al suelo, en ese momento, cuando tenia una rodilla hincada en la acera y con las manos me oprimía las costillas instintivamente para calmar el dolor dos encapuchados me sujetaron por las axilas y me arrastraron hacia atrás
-lasai compañero te tenemos.
 Tiene narices la policía me había herido, y dos proetarras me rescataban y sacaban de la primera línea , las vueltas que da la vida como diría la canción. Todavía les debía el favor a aquellos dos cerdos, ya que estuve a punto de perder el conocimiento y si me llegan a detener y cotejar mis huellas dactilares se hubiese formado un follon a nivel político notable  , los dos “borrokas” que me rescataron me arrastraron a toda velocidad por la calle, mientras yo boqueaba tratando de recuperrar el resuello (para el que no haya recibido nunca el impacto de una pelota de goma disparada por una escopeta de calibre doce, le dire que es como recibir un derechazo de Mike Tyson o mejor una coz de un caballo ), en unos instantes me estaban izando por unas escaleras en mitad del caos, ya que subian y bajaban corriendo proetarras casi pisandose unos a otros, entramos en un piso a traves de una puerta entreabierta, coño no era un piso, era una sede del sindicato LAB, (Sindicato nacionalista implantado en todo el Pais Vasco y Navarra), las oficinas ocupadas por ordenadores y archivadores con el anagrama del sindicato estaban ahora atestadas de borrokas refugiados.
Parece ser que tras tumbarme de un pelotazo, los “beltzas” habian realizado un amago de carga, y los heroicos “gudaris” (soldado en Euskera), sufrieron un ataque de pánico y se estaban subiendo hasta a las farolas, me vi arrojado como un fardo a una habitación, en la que compartia el suelo con con una joven de unos veinte años que lloraba como una magdalena y de cauya nariz manaba sangre en abundancia, y dos “borrokas” que se afanaban en rellenar botellines de coca cola con gasolina. La luz de la habitación estaba apagada, y veiamos valiendonos del replandor naranja producido por el incendio de la calle que se filtraba a traves de los ventanales, recuerdo la sensación extaraña, hipnotica incluso, creada por la luz naranja sobre las paredes, el olor a gasolina y los lloriqueos casi histericos de la borroka tumbada a mi izquierda, con sus dos compañeros frente a ella ignorandola por completo, mientras con sus manos temblorosas rellenban los botellines derramando gasolina por todas partes.
-Tened cuidado joder, como tiren dentro un bote, esto va a petar
 esto lo habia dicho un barbudo con un pañuelo negro en la cabeza y el tronco de su cuerpo cubierto por una bolsa de basura a modo de peto, el consejo era muy sabio, pues con el suelo de la habitación impregnado de gasollina, si entraba por la ventana un bote lacrimógeno el peligro de deflagración era muy real , el dolor en el abdomen ya era mucho menor asi que me puse en pie y sali de la habitación, ninguno de mis tres acompañantes ya descritos me presto la menor atención, en el pasillo vi como el barbudo iba de aquí para alla farfullando ordenes, me fije en que, ademas llevaba puestos unos guantes de latex, como los que usan los médicos, ese tio si no era un profesional, era al menos un veterano, con el equipo improvisado de guerrilla urbana que llevaba. Podia doblar una esquina a la carrera y cambiar de aspecto en un segundo quitandose de un tirón el pañuelo de la cara y la bolsa de basura de la que le salian a traves de dos agujeros ambos brazos, luego en otro segundo arrojaba al suelo los guantes. Y sin  haber dejado las huellas en ningún sitio, y sin tener las manos manchadas de polvora o gasolina, era un ciudadano inocente y temeroso de dios que huia de la algarada a la carrera.
 A las siete de la mañana tenían prevista su salida los autobuses que nos llevarian de regreso a Pamplona, justo desde el frontón en el que habíamos cenado la noche anterior. Solo tenia que mantenerme entero y sin detener hasta esa hora, asi que tras asegurarme que seguia teniendo la camara fotográfica y las servilletas con las anotaciones, decidi hacer lo mas sensato, dejar pasar el tiempo, ya eran las cuatro de la mañana, en un par de horas habria terminado todo y podria volver tranquilamente andando al lugar de partida de los autobuses, no queria correr el riesgo innecesario de bajar a la calle , tampoco queria que nadie se fijara en mi quedandome en la oficina de LAB, y como las soluciones mas sencillas suelen ser las mejores, sali de la oficina amparado por el desconcierto y en lugar de bajar por las escaleras subi , en el descansillo del piso de arriba me sente acomodandome contra la pared, y empece a pensar que cojones hacia yo escondido en la escalera de un edificio del casco viejo de Hernani, mientras en la calle ardian unos contenedores y una antigualla de vehiculo estaba volcado en el centro de la calle.
No pude evitar que me entrara la risa, y comenzo a invadirme la añoranza mientras comenzaba a retroceder en el pasado mas próximo.
Fin del capítulo IV de "Genin".
En Valencia (España), Abril de 2012.
Ernesto.




domingo, 8 de abril de 2012

46


Tengo que dar una forma sensata a esto , debo hacer las conclusiones de la investigación para el Tribunal y los jefes y todo es un absurdo. Tengo cuatro cadáveres, cuatro personas muertas atrozmente y dos papeles, pequeñas notas con la inscripción 46  manuscritas de puño y letra por alguien,  o algo desconocido. Soy el Inspector Jefe del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional de Valencia, y no tengo ni idea de cómo hacer las conclusiones de este caso, por que nunca me había encontrado algo así, en realidad en toda España nadie había tenido jamás un caso así.
El 7 de Marzo apareció esa chiquilla, Magdalena , entre unos escombros en un descampado cerca del campus de la Universidad  Politécnica, el cuerpo estaba calcinado y algún malnacido  dejo una botella rota en el interior de su vagina, ni siquiera se molestaron en sacar ese objeto después de forzarla, supongo que nos querían dejar un mensaje, debía estar claro que era un crimen de origen sexual. Solo teníamos el cuerpo de una adolescente vejado y luego quemado entre unos hierros oxidados y montañas de ladrillos, y algo que parecía una broma de mal gusto, la ocurrencia de la mente enferma  de un psicópata, 46, estos dos números grabados con sangre en el suelo, no los pudimos ver hasta que practicamos el levantamiento del cadáver.
Sacamos fotografías de todo, buscamos semen, células epiteliales, pelo, cualquier cosa, lo único que teníamos eran esos dos números escritos con sangre…la sangre de la víctima, Magdalena estudiante de la ESO, 14 años de edad, su vida apenas comenzaba cuando le dieron el peor de los finales.
Justo una semana después el día 14, cuando estaba enfrascado con los interrogatorios de vecinos y compañeros de clase de la víctima, se encontró el segundo cadáver, Asensio,  veinte años de edad, estudiante de Derecho, sin antecedentes . En esa cafetería jamás olvidaran la escena, eran las once de la mañana y Asensio en un momento de descanso entre las clases se había acercado para tomar un pincho de tortilla y una Coca Cola, entonces se escucho un grito seco y desgarrado que provenía de los aseos del establecimiento. Yo apenas llegue a la media hora de haber ocurrido todo, camareros y clientes estaban en estado de shock, y sentado sobre el WC Asensio, con la espalda apoyada en la pared y estrangulado con la cadena de la cisterna, los ojos todavía abiertos desbocados por el terror, y  en el centro de su frente, clavado a su cráneo un papel con dos cifras escritas, 46, pero lo mejor, o mejor dicho lo peor, era la conclusión de la inspección ocular del lugar del crimen, el cuarto del inodoro en el cual pereció la victima carecía de ventanas y el pestillo de la puerta estaba echado por dentro, hubo que derribarla para acceder hasta el cuerpo.
Por lo tanto se consideraba inexplicable la vía de salida del autor o autores del hecho.
Día 28 de marzo, catorce días después del asesinato de Asensio , Gines, veinte años de edad, estudiante de Farmacia igualmente carente de antecedentes y de buena familia. Cuando me sonó el  móvil no se como pero ya lo sabia,
- Jefe, soy el Subinspector de Guardia, no se lo va a creer.
 Pero si, a esas alturas, yo ya lo creía todo. El testigo ocular del hallazgo del cuerpo de Gines era su madre Dolores, quise hablar con ella antes de que todo se enfriara, habían trascurrido dos horas desde la llamada del Subinspector de Guardia, pero la buena mujer estaba sedada y fuera de sí. No me extraña, dado que lo encontró en el estudio del apartamento familiar aquella tarde  al regresar de la compra, fue a su hijo sentado en su silla frente al ordenador, ensartado de parte a parte, por aquella reliquia familiar, una espada de acero Toledano que atravesó el tronco de Gines y el respaldo de la silla.
En la punta de la Toledana, todavía anegada de sangre, una nota manuscrita 46.
Y hoy mismo 6 de Abril de 2012, Viernes Santo, estaba en mi despacho leyendo una confesión redactada de puño y letra por Mauricio , también vecino de Valencia de veinte años, sin antecedentes y estudiante de Arquitectura:
“Estoy muerto de miedo, estoy desesperado, por eso confieso y por eso suplico el perdón, lo que hicimos fue horrible, pero ya no hay marcha atrás y no quiero morir, busco una segunda oportunidad. El día 7 de Marzo del actual, Gines, Asensio, y yo habíamos mezclado de todo, LSD con alcohol, puede que coca, yo que se no puedo saberlo, apareció esa cría, estaba buenísima pero solo era una chiquilla, nunca debería haber ocurrido eso. Asensio le dijo algo, o se lo dije yo, no lo se, el caso es que ella se lo tomo a mal y nos insulto, Gines le dio un puñetazo, y ella cayo al suelo, se levanto temblorosa manando sangre de sus labios, no se por que aquello nos excito y se lo hicimos los tres.
Era de madrugada, y en aquel lugar nadie nos veía, nos creíamos dioses con el derecho de perdonar la vida o dar muerte, estábamos ciegos de droga y adrenalina, de manera que la quemamos, se acercaban las fallas y nos dijimos riendo que íbamos a prender nuestro “ninot” particular, le prendimos fuego, pero antes sentimos curiosidad, tomamos su DNI y miramos su edad, solo tenía catorce putos años, nosotros teníamos los tres veinte, 20X3=60-14=46. Escribimos en el suelo con su sangre 46, esas chorradas se le ocurren a uno cuando esta ciego.
Me entrego para obtener protección, ella ha vuelto, regreso para cazarnos, me da igual entrar en la cárcel, no quiero entrar en el infierno.”
Coincidiendo con el final de la lectura sonó el teléfono.
-Inspector baje a los calabozos ahora mismo.
 No me jodas, no puede haber ocurrido otra vez, pero si ocurrió.  Corro por el pasillo de los sótanos de la Jefatura, con calabozos a izquierda y derecha, el humo apenas me deja ver, veo una puerta abierta de la cual sale el humo, y cuando me asomo por ella, veo a dos Policías con sendos extintores tratando de apagar a un hombre en llamas, es Mauricio , el olor a carne quemada me produce arcadas, el detenido esta ardiendo en solitario, nada mas esta prendido, el fuego es como si saliera de su interior, una combustión espontánea.
Como digo nunca hubo un caso como este, y en medio de esta atrocidad, sonrío, no tiene gracia pero no puedo evitarlo, Mauricio cuando murió estaba en la celda número 46.
Fin de 46.
En Valencia (España), Abril de 2012.
Ernesto. 

GENIN III


 Estaba en la “Herrikotaberna” de la calle Navarreria intentando emborrachar al descerebrado de Iosu,  cosa increíblemente difícil, dado que el personaje en cuestión consumía “haschis” y alcohol en cantidades increíbles, yo iba por el segundo “porro” mezclado con varias cervezas y temía seriamente comenzar a cantar Asturias patria querida.
  El camarero de la taberna ponía cara de circunstancias, era un lunes a las diez de la noche y se encontraban Iosu y el camionero valenciano ese tan gracioso, de juerga como si estuviesen en un bautizo.
A Juanma no me podía acercar sin motivo aparente, el era un responsable de la coordinadora y no nos daba clase, por lo tanto necesitaba un puente y Iosu conocía a todo el mundo en el casco viejo de Pamplona.
-Si esa reunión es pasado mañana en Hernani, estarán euskaltegis de todas partes tu todavía te puedes apuntar mañana dices en la “herriko “ de Jarauta que vas de mi parte y ya esta.
 Perfecto, lo que acababa de decir “iosu”, era justo lo que necesitaba, ya tenia el contacto para introducirme en una asamblea-cena que se iba a celebrar en Hernani en apoyo a la enseñanza de la lengua vasca, estarían Juanma y otros dirigentes de interés para el servicio , ahora ya podía librarme de Iosu
-has visto que hora es mañana tengo que madrugar, me tengo que abrir ahora mismo.
 Después de librarme de mi cita  decidí ir a pie a mi casa, Pamplona no era una ciudad grande y desde el casco viejo al barrio del segundo ensanche donde tenia alquilado el piso la distancia era pequeña, la noche era tremendamente clara y apetecía pasear, tras unos veinte minutos de recorrido llegue a mi casa, un agradable piso-leonera de soltero, cuyos muebles solían estar cubiertos de ropa seca en la lista de espera para ser doblada e introducida en el armario, y con una cocina llena de alimentos en conserva, fruta y la pila rebosante de platos sucios , tenia muchísima hambre, yo no estoy acostumbrado a tomar ningún tipo de droga, solo consumo “haschis” cuando es necesario en el entorno en el que me encuentro, y los dos porros fumados con varios “zuritos”, me habían causado un agujero en el estomago, decidí hacerme un puré de patatas con salchichas y fruta, mi especialidad, un plato que si hubiera sido inventado por Juanmaria Arzak seria una genialidad, pero como lo desarrolle yo, la gente dice que es  una porquería.
Mientras se hacia la cena, levante las baldosas sitas detrás del cubo de la basura asegurándome que las armas seguían en su sitio, una pistola del 9 parabellum con los dos cargadores de 15 cartuchos llenos, y mi favorita, un revolver calibre 38 especial de acero inoxidable y empuñadura de madera, con solo dos pulgadas de cañón que permitían portarlo en una bota o un bolsillo del pantalón,  y que gracias a su calibre, era demoledor en caso de verte obligado a tener que hacer un disparo a quemarropa.
No había mentido cuando dije que al día siguiente me tenia que levantar muy temprano, debería de tocar diana a las cinco para hacerme con el furgón de reparto y poder tener la tarde libre para el espionaje, caí en la cama rendido tras apurar la ultima cucharada de puré y me dispuse a dormir escuchando las tertulias radiofónicas como hacia siempre, y mientras del aparato de radio salía una voz angustiada por el trastorno que supone para la economía occidental los precios del petróleo, yo entre en una agradable sensación de sopor.
Estaba en el punto convenido del Paseo de Pablo Sarasate esperando uno de los autobuses fletados por la coordinadora para acudir a la fiesta- asamblea que se celebraba en Hernani, efectivamente conmigo se encontraban además de “Iosu”, incapaz de perderse una noche de marcha,  Mikel ese perro fanático con apariencia de no haber roto jamás un plato, Nekane una militante de “Jarrai” y de “Egizan” la rama feminista del movimiento de liberación nacional vasco, Carlos, y Juanma el objetivo.
Una de mis obligaciones en el transcurso de la reunión, era tomar una imagen de Juanma, y si era posible de las   personas que se significaran como su entorno mas próximo en el interior de la organización, circunstancia que resultaría teóricamente muy sencilla pues en Hernani esa noche se juntarían todos los responsables de la coordinadora de las cuatro provincias , lo difícil seria como fotografiarles, ya que considere muy arriesgado llevar una cámara oculta y opte por llevar una cámara fotográfica compacta, de las que uno se compra para ir de vacaciones, y tratar de realizar las fotos descaradamente a modo de puro y simple recuerdo de la reunión, como si fuera un turista japonés en medio de la asamblea, esto podría gustar o no, aunque se suponía que esa gente confiaba en mi me podría salir el tiro por la culata, y encontrarme con que no me dejaban realizar el “reportaje”, a pesar de ser teóricamente uno de ellos en cuanto a mi seguridad esta consistía en mi capacidad para en caso necesario partirle la cara a alguien y salir corriendo, ya que si podía crearme problemas el llevar una cámara oculta o una grabadora , imaginaos si por ejemplo caigo por unas escaleras y sale rebotando entre los escalones el 38.
Mikel subió tras de mi al autobús y mirando en derredor suyo, finalmente decidió sentarse a mi lado, lo cual me produjo una sensación de asco difícil de definir pues como ya habreis notado este individuo en cuestión era junto con Juanma  posiblemente mis dos candidatos favoritos al martirologio de la noble causa vasca, y digo favoritos que no únicos, pues en mi caso tras una experiencia de aproximadamente un año de infiltración directa, y varios años de dedicación exclusiva a la actividad antiterrorista, en ningún momento llegue a sentir nada remotamente cercano al síndrome de Estocolmo, yo siempre he sido un firme partidario de la línea dura, y jamás me sentí identificado con, ni tuve la menor empatía ante ningún objetivo, sencillamente yo tenia la capacidad de abstraerme, de desconectar, que me posibilitaba para vivir una comedia permanente sin llegar a perder el juicio , refugiándome en mis momentos de intimidad a solas, en mi, al modo del Doctor Jekill y Mr Hyde compartían el mismo cuerpo un Jesús real con  otro ficticio, llegando a temer en ocasiones el Jesús ficticio dominante que el real saliera a la luz, cuando por ejemplo ante la noticia de un crimen terrorista , mis supuestos compañeros de estudios y asociación hacían alguna broma o directamente decían que el “hijo de puta se lo tenia merecido, que se joda”, como digo en ese momento en ocasiones sentía verdadera angustia por si mi verdadero yo estallaba, rompía sus ataduras y le hacia algún comentario sobre la profesión de su madre al interfecto en cuestión, o que directamente le soltara una ostia.
Habíamos completado ya cerca de la mitad del camino y estaba charlando todo el rato con Mikel, Iosu y Carlos sobre trivialidades, mientras con disimulo trataba de tener mas o menos controlado a Juanma, aunque nunca observándole de manera obvia si me enteraba de lo que estaba haciendo perfecto, pero mas importante era ver con quien lo hacia . Los ratos que  me inhibía de las conversaciones miraba el paisaje, estábamos atravesando los valles de Leizaran y Larraun, una zona montañosa de colinas totalmente arboladas y prados espectaculares un conjunto inmenso en tonalidad verde, con algunas agrupaciones aisladas de caseríos que destacaban en el paisaje sin romperlo, perfeccionándolo, pues la visión de esas casas muchas veces construidas en piedra y en todos los casos de diseño puramente rustico y tradicional, cuyas vías de acceso eran blancos caminos que serpenteaban sobre la verde montaña, parecían transportarte al siglo XVI, si algo he envidiado siempre de Navarra frente a mi tierra de origen, es la exhaustiva protección del medio ambiente y el respeto para con el entorno rural, manteniendo el diseño tradicional de las viviendas y la configuración de los pueblos.
En esas estaba, cuando a la altura del puerto de montaña de Azpirotz, veo un Nissan Patrol de color a juego con el paisaje, la leyenda Guardia Civil rotulada en las puertas delanteras y unos rotativos encendidos, el vehiculo estaba cruzado en la autovia, junto con un montón de conos que dejaban abierto un único carril, seguro que desde medio kilómetro antes hay señales de reducción de velocidad, pero yo no me percate de ello, es lógico, yo había dado el punto y la hora de salida de los autobuses, así que les tomaron la matricula en Pamplona antes de salir y en azpirotz que es un buen punto para cortar la autovia se hace un control y nos van a identificar a todos.
Un Cabo1º del GAR (una unidad de operaciones especiales de la Guardia Civil) cuya barba rozaba en el chaleco antibalas y con cara de no haber tenido un amigo en toda su vida subió al autobús, y nos ordeno a todos los pasajeros de forma clara y escueta que bajáramos del mismo
-Todo el mundo abajo de uno en uno AHORA.
 Casi tuve un orgasmo cuando gire el cuello y vi. que Mikel tenia las facciones desencajadas, parecía que acababa de ver a la niña del exorcista, al hombre lobo y al Conde Drácula, todos juntos y afilándose las uñas, por no hablar de Juanma cuyo aspecto era indicativo de una posible gastroenteritis aguda complicada con un cuadro severo de mareos y vértigos, todos descendimos y los Guardias nos colocaron cual rebaño a un costado del autobús, desde el cual solo se veía el valle, haciéndonos pasar de uno en uno al otro lateral del vehiculo rodeándolo, simultáneamente otros Agentes registraban mochilas y el interior del bus , cuando me toco a mi me di cuenta de la jugada no solamente entregabas el DNI y apuntaban todos los datos (procedimiento habitual), sino que te hacían situarte en un punto concreto y entonces el Cabo que tenia tu documentación en la mano te preguntaba tus nombre y apellidos, de forma que de pie y en voz alta decías tu filiación a unos metros de la parte de atrás de un   Nissan Patrol con los cristales traseros tintados, demonios aquello ya no me gusto, Rafael no parecía tener plena confianza en que me saliera bien el trabajo, aun así me lo tome con filosofía y cuando le toco a Juanma pensé, sonríe a la cámara hijo de puta.
Aquello cambiaba un tanto mis prioridades y le daba mayor nivel de exigencia a mi función, no se trataba de tomar imágenes de Juanma, pues ya estaba grabado en video diciendo su nombre, sino de además de identificar a su entorno tratar de discernir cuales fueron los temas tratados por los jefes provinciales en la reunión.
Una vez en Hernani, y tras aguantar un buen rato los comentarios en el autobús a posteriori del control “txakurrak hijos de puta” o “ese baboso me ha tocado el culo, ojala le vuelen a el los huevos”.Entramos en el recinto donde se celebraba la cena asamblea, era el frontón sito a la entrada de la localidad, viniendo por carretera desde San Sebastián, ya no recuerdo su nombre, la decoración era la habitual, una inmensa ikurriña desplegada sobre una de las paredes y pancartas que afirmaban que en el territorio vasco, solo se debe hablar vasco. No había sin embargo consignas políticas, ni desde luego proclamas de apoyo a ETA, en aquella época la coordinadora recibía subvenciones de las administraciones autonómicas vasca y Navarra por su labor de difusión del euzkara,  y estaba en un permanente ejercicio de trapecismo político tratando de disimular la evidente pertenencia al aparato político-social de ETA de su estructura, con el fin de no perder ese importante apoyo económico.
Toda la superficie de la pista del frontón estaba cubierta de mesas para sentarnos directamente a cenar, y además cada mesa estaba ya dispuesta para que nos sentáramos juntos gente teóricamente desconocida de las cuatro provincias, esto me resulto muy sorprendente, y reconozco que me pareció original, no habrían discursos, la asamblea consistía en la cena y fiesta posterior, la idea era que todo el mundo se relacionara con todo el mundo, sin grupitos cerrados, y de esta forma se produciría un intercambio constante de ideas y opiniones. Con la excepción de los dirigentes provinciales, Juanma estaba sentado en una mesa en la que no se encontraba ningún alumno ni profesor de base, además mi mesa no era de las próximas, así que me las tendría que ingeniar mientras nos acomodábamos por la megafonía sonaba música tradicional, todo el mundo parecía bastante “cortado” al sentarse a la mesa con unos completos desconocidos,lo cual me daba ventaja, dado que yo me pasaba la vida fingiendo y estaba preparado para adaptarme a todo tipo de compañías, aunque en ningún momento  durante todo el tiempo e estuve infiltrado pude librarme de un cierto estado de ansiedad permanente.
A medida que iba trascurriendo el tiempo y el vino, la timidez inicial se iba diluyendo,   en mi mesa estaban sentados otros nueve alumnos la única variable que se mantuvo fija para mantener mejor la comunicación en las mesas, fue que estas fueran homogéneas en el nivel lingüístico, por lo tanto mi mesa estaba compuesta por un grupo de jóvenes, que apenas hacía unos meses solamente  sabían decir en euzkara la palabra  “independentzia”, eso si con un entusiasmo impresionante, de forma que inevitablemente el repertorio léxico vasco se agoto enseguida al comenzar las conversaciones, y en no mucho tiempo todos estábamos hablando en el idioma  del odiado imperio, que era el  que nos permitía coordinar el cerebro con la lengua de forma que alguien nos pudiera entender sin necesidad de sudar sangre, ni de de emplear técnicas de traducción de ultima generación, tales como gruñir señalando  el salero o mi favorita, decir tres palabras en vasco y tres en Español en cada frase.
La cena ya estaba bastante avanzada, y la gente bastante alegre, así que decidí comenzar mi faena y para empezar un miura, fotografiar al objetivo con todo su entorno, para identificarles y descartar posibles miembros de la organización terrorista de forma que me levante, y empuñe tan pancho la cámara mientras me levantaba, le dije a mis compañeros de mesa que iba a echar una foto de recuerdo, tranquilamente todos se pusieron a posar unos/unas cuales cindy crawford de pacotilla, y otros en la clásica pose de borracho de sábado noche, sujetando un vaso semivacío y sonriendo al objetivo de una forma tal, que se percibía su aliento etílico hasta mirando la foto una vez revelada. Tras hacer la foto, me dirigí a la mesa de Mikel con la misma historia también funciono y a la de Iosu , en fin a todas las mesas en las que se encontraba sentado algún compañero de mi clase de Pamplona, por la segunda o tercera mesa ya había improvisado la perfecta cobertura, después de revelarlas las expondría en un tablón en la entrada del “Euskaltegi”, así que nadie puso la menor pega, además fui por orden fotografiando mesas de mayor a menor proximidad a la que me interesaba.
Mientras realizaba los rápidos reportajes no dejaba de observar al objetivo y su grupo, intentando localizar alguna clave para tratar de averiguar los temas tratados, dando rienda suelta a mi entrenamiento registraba la mesa con la vista en busca de algún portafolios, libretilla, agenda o cualquier otro documento de reunión, con el que me pudiese hacer unos instantes, los suficientes para hacer una copia esquemática o una memorización de los puntos mas relevantes, el problema de la segunda técnica, es que con seguridad, el posible documente estaría redactado en perfecto Euzkara, aunque de momento no tendría que preocuparme de eso, para desgracia mía no había en todo lo ancho de la mesa ningún documento, demonios tendría que arreglármelas para que alguno de los presentes me hiciera un relato de lo tratado en la cena.
Bingo, cuando estaba fotografiando la mesa de Nekane que era la única compañera de clase que me faltaba, vi sobre la mesa de Juanma, a unos veinte centímetros de su brazo derecho dos servilletas de papel parcialmente desenrolladas y con lo que parecían esquemáticas anotaciones improvisadas, no se había desecho de ellas pero tampoco parecía tenerlas en cuenta simplemente estaban ahí mientras el seguía parloteando, ya en el turno de la copa y el puro,  estaba claro, esas servilletas de papel vendrían conmigo vivas o muertas.
 Una vez en la mesa clave volví a pronunciar la excusa de la exposición fotográfica en el tablón, y Juanma fue por segunda vez en menos de doce horas fotografiado por el enemigo, solo que esta segunda toma era mucho mejor, pues salía con el resto de la dirección de la coordinadora y también por que, no voy a quitarme merito, salio mirando a la cámara y riendo.
Hice la foto y me dirigí  a Juanma,
-Oye sois la ultima mesa y os ha tocado a vosotros, ven y hazme una foto con los compañeros con los que estoy.
 Lo dije con mi mejor sonrisa, y aunque no teníamos confianza dada la alegría generalizada del ambiente, no puso pegas y se recorrió todo el comedor tras de mi con la cámara en la mano, una vez en mi mesa le impartí un cursillo de 15 segundos sobre manejo del equipo en cuestión y nos hizo la foto de grupo de rigor .Le di las gracias y por fin me pude guardar la cámara, apure un vaso de vino y fui a los lavabos del frontón que estaban atestados, ya en la intimidad del WC, saque las servilletas de uno de los bolsillos de mi pantalón y me las guarde en el calzoncillo, yo siempre he creído que las mejores técnicas son las mas sencillas, por eso a la hora de hacerme con el documento me limite a en un rápido movimiento de manos, propio de un tahúr de los juegos de cartas, coger las famosas servilletas y metérmelas en un bolsillo,  mientras le entregaba la cámara y le pedía el favor.
Cuando regrese, los comensales estaban empezando a salir del frontón. Un bilbaíno  de mi mesa calvo como una bola de billar y con una cara de tarugo que no podía con ella, me dijo que nos ibamos todos de marcha a la parte vieja, “cojonudo” conteste, y era cierto me encontraba en ese momento de esplendido humor, y total de perdidos al río, por que no tomar un trago.
Fin del capítulo III de Genin.
En Valencia (España), Abril de 2012.
Ernesto.