Cuando
llegamos había muy poco revuelo, en el centro de la calle frente al portal de
la vivienda en cuestión, solo se encontraba la Patrulla de Policía Local que
solicito la presencia de la
Guardia Civil, y un varón
de edad avanzada, que como supimos en breves instantes, resulto ser el hermano de
la victima.
Dando un
pésimo ejemplo, aunque sabiéndonos justificados por la gravedad y urgencia del
hecho, aparcamos en una plaza reservada para minusválidos, y para poder hacernos
cargo de la situación, lo primero que hicimos fue escuchar el relato de los
hechos por parte de los Agentes Municipales:
José Miguel R,
varón de 45 años, soltero, residía en soledad en el 2ºB del inmueble que
teníamos delante desde hacia unos diez años, llevaba varios días sin dar
señales de vida, de manera que su hermano mayor, decidió emplear la llave que
tenia de la vivienda de José Miguel.
Cuando el
testigo abrió la puerta del piso de su familiar, fue recibido por una escena
dantesca. A unos pasos de la entrada de la vivienda, en el pasillo de la
misma, su hermano yacía en el
suelo con evidentes signos de
muerte violenta, el afectado en pleno ataque de ansiedad, cerro la puerta de
nuevo inmediatamente y tras descender a la calle a todo correr por las escaleras,
al verse a salvo una vez en la vía pública, llamo al Ayuntamiento e informo del
hallazgo, La Patrulla Local allí presente, tras cerciorarse de que lo
participado por el hermano de la
víctima era cierto, nos llamaron a
nosotros.
Ahora mi
compañero, se había quedado abajo haciéndole una primera toma de
declaración al hermano del
difunto, yo estaba acercándome a
la vivienda de José Miguel con el
llavero en la mano. Tras escuchar
un chirrido metálico que salía de las oxidadas y maltrechas bisagras, abrí la puerta, y no necesite siquiera
seguir avanzando, efectivamente como acababan de decirnos, caído en el suelo,
yacía el titular del domicilio, envuelto en un enorme charco de sangre, con el cráneo parcialmente hundido y
abierto, su cerebro asomaba a simple vista en algunas partes de la cabeza del
desgraciado, dispersado a lo largo del charco de sangre, las partes de lo que
parecía un macetero de considerables dimensiones, el mismo estaba hecho añicos,
y si se observaba con atención, en algunos de sus pedazos, permanecían
adheridos fragmentos de hueso y de masa encefálica.
Las luces se
encontraban encendidas y algunas puertas que daban al pasillo estaban abiertas,
di por hecho que los Municipales habrían revisado la casa, y pase a
concentrarme en la que sería mi labor, asegurar la casa, impidiendo que
cualquier persona pueda acceder a
la misma, y desde ese momento al estar corroborados los hechos, dar cuenta
inmediatamente del hallazgo al Equipo de Homicidios de la Comandancia de
Valencia.
-¿Por qué lo
hiciste?.
-¿Por qué?,
¿Por qué lo hiciste?.
Si no lo he
soñado, una voz de mujer sale desde una puerta que esta unos centímetros a mi
izquierda, una voz fuerte y clara, la persona debe de estar a unos como máximo
tres metros.
-Callas mujer.
Cojones, son
dos, instintivamente pegue mi espalda a la pared, dejando a mi derecha la
puerta de la que provenían las voces,
mi mente comenzó a funcionar a toda velocidad, no tengo el walki talki,
se lo quedo mi compañero, tampoco móvil, vamos estoy mas solo que la una, bueno
junto a mí hay un cadáver al que le han reventado la cabeza, y a unos metros
estaba seguro, los autores del hecho.
¿Qué se supone
que hacer, en una situación así?, ¿bajar a pedir refuerzos o intervenir
directamente?.
Joder, para
tratar de recordar manuales estaba la cosa, desenfunde mi pistola y tras
montarla de un tirón seco de mi muñeca izquierda, afronte la puerta y la abrí
de una patada.
Entre
impulsándome bruscamente hacia delante, mientras encañonaba frente a mí, trate
de gritar de forma estruendosa y autoritaria las palabras “Guardia Civil” y
“Alto”, pero de mis labios salio un fuerte aunque extraño gruñido, mi aparato
fonador, tenia severos problemas para pronunciar correctamente, al tener unos
testículos atascados en el centro de la garganta.
Y entonces
divise con absoluta claridad a mi enemigo, un aparato de televisión LG de
bastantes pulgadas, y en la pantalla del susodicho, aparecían dos jóvenes de fuerte acento Caribeño.
-¿Por qué lo
hiciste, Wilfredo Miguel?
- Te odio
Rosaura, te odio, pero te amo todavía mas.
Efectivamente
un culebrón, una de esas series de centenares de episodios, que provenientes en
su mayoría de las Naciones hermanas del otro lado del Atlántico, pueblan nuestras emisoras de TV en horario de
tarde, tras respirar profundamente, decido que no estaba dispuesto a llevarme
otro susto similar y habitación por habitación, me cerciore de la seguridad del
piso.
Minutos
después subió mi compañero tras haber realizado labores de obtención de
información.
- Que morro
tienes, estuve haciéndole las preguntas de siempre a cinco personas, podrías haber bajado, los fiambres no
dan trabajo, aquí hasta que no lleguen los de Homicidios no hay nada que hacer.
- Estuve
viendo el culebrón.
Fin de Ruido de Fondo.
En Valencia (España), a Diciembre de 2012.
Ernesto.
Jajajajaja…. a pesar de lo dramático de la situación tan sangrienta y violenta, he de decir que he disfrutado de esta historia. No me considero mala persona por ello, pero hay que fastidiarse, a veces el subconsciente te juega malas pasadas muy chungas. Menos mal que no tengo ninguna profesión vinculada a ver cadáveres ni a pegar tiros… Saludos.
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado Sonia, reconozco que tuve mis dudas a la hora de escribirla, pues es un cambio o evolución de estilo yo creo que considerable. Poco que ver con "el hombre gris" que es tremendamente dura y oscura, u otras historias igualmente de puro género de terror como "resurrección", "recuerdos de águila", o "46".
EliminarTambién te digo que dándole cierto toque de humor he disfrutado. La próxima lectura para mi ya considerable numero de seguidores, (aunque la única que me honra con sus comentarios, eres tu), será el XII episodio de "Genin", y hay ya bromas las justas.
Muchas gracias por tu amable comentario.
Pues la verdad es que si yo hubiera tenido..."cataplines" en una situación así, se me habrían puesto de bufanda al oír voces en ese piso.
ResponderEliminarMagnífica la descripción del "fiambre", pero mañana que iba a hacer para comer unos sesos revueltos con huevos y ajetes...creo que cambiaré el menú después de esto.
Y, cuidado, que no vaya a ser que alguna vez lo que se encuentre no sea unos diálogos de la tele y haya algún fiera por ahí esperando.
Graciosa la situación, pero la verdad, yo no hubiera subido al piso. Valentía, las justas.
¡Chao, guerrero...!
Hola Perlita, no por Dios no rechaces la posibilidad de disfrutar de unos buenos sesos, que tengo entendido que son un alimento de gran valor nutricional.
EliminarAunque reconozco que al igual que me ocurre con las criadillas, prefiero que me amputen una oreja con un serrucho oxidado, a disfrutar de su buquet.
No te preocupes por las fieras, que para eso están los látigos.
Gracias por tu seguimiento, un abrazo.
Jajajajaja.... Divertida sí señor.
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