EL SANTERO

 Me llamo Osvaldo Restrepo, soy de un pequeño pueblo del Cauca en Colombia que no vale la pena mencionar, tengo 49 años de los cuales he pasado los siete últimos en España, y soy Santero.

¿Que porque me dedico a la Santeria?, podría deciros lo que queréis escuchar. La vida me ha empujado a ello, podría hablaros de pobreza, podría nombraros la falta de formación, podría culpar a la xenofobia de los Españoles.

Pero todo eso son “huevonadas”, lo hago por dinero yo no he tenido ninguno de esos problemas antes descritos, no digo que otros paisanos cuando emigran no los tengan, solo afirmo que yo nunca los tuve, primero en Colombia y luego en España me ganaba la vida razonablemente bien con mi consulta de Fisioterapia. Pude Licenciarme en Fisioterapia en la Universidad del Cauca, si trabaje duro, tuve que estudiar mucho y ayudar a mi tío Enrique con su empresa de tabacos pero mis tíos me pagaron la carrera y pase cuatro años hospedado en su casa de Popayan, Enrique y Matilda nunca tuvieron hijos, y a mi me trataron como tal.

Hace siete años vine a este  país con el dinero suficiente para alquilarme un apartamento en Madrid, en el barrio de Usera donde nos agolpamos los  Colombianos y Ecuatorianos (en los últimos años también muchos Venezolanos) que vivimos en la capital del Reino.

Pronto comencé a dar masajes en las contracturadas  espaldas de los trabajadores de la construcción y a tratar esguinces y traumatismos varios en los tobillos y rodillas, hacia precios populares para mis paisanos y el boca oreja comenzó a funcionar en no muchos meses incluso me empezaron a llegar pacientes Españoles, como les decía no puedo quejarme, pero un fisioterapeuta trabaja mucho si le va bien y como les contaba yo hacia descuentos y bonos por varias sesiones, yo para ganar lo mismo que un “fisio” del barrio de Salamanca tenia que hacer el triple de horas, en muchas ocasiones aceptaba pacientes los sábados por la tarde y comencé a hartarme, sobre todo porque sabia que podría ganar mucho mas dinero con mucho menos esfuerzo. Pero vamos a comenzar la historia desde el principio.

Cuando yo tenia diez años veía entrar y salir de nuestra casa vecinas de la aldea, vivíamos en la ribera del rio Naya y mi padre se dejaba la espalda removiendo arena en busca de las pepitas de oro que arrastran estas aguas. Unas veces con la licencia gubernamental y otras sin ella, en El Cauca los limites entre legal e ilegal son difusos,  a principios de los ochenta tu pueblo podía pasar épocas bajo control del Ejercito Nacional y otras gobernado (por decir algo) por las FARC(1) o pura y simplemente por comandos de bandidos que comerciaban con el oro, la coca, o cualquier otra cosa. 

Pero esto no me afectaba gran cosa, mi infancia fue bastante normal, incluso la clasificaría como feliz y fui uno de los pocos privilegiados de mi pueblo que se desplazo a la capital del Estado,  Popayan a estudiar. Pero antes de eso todavía en la niñez me acostumbre a ver al Elegua(2) en la entrada de nuestra casa, al cual mi madre ponía ofrendas y le encendía velas, mientras jugaba o hacia deberes mi madre le “tiraba las cartas” no solo  a vecinos, sino sobre todo los días festivos a gente que venia de otras localidades.

Poco a poco me familiarice con la religión  “yoruba”(3) y ante la mirada de desconfianza de mi padre fui aprendiendo los ritos de la misma, al principio como un juego, luego como un estudio y termine ayudando con los rituales a mi madre tirando cartas, leyendo manos etc. Pero no solo adivinábamos el futuro, a veces una persona que acudía a nuestra casa en busca de ayuda lo hacía porque un tercero le estaba haciendo la vida imposible de las mil maneras diferentes que esto podía hacerse. En esos casos, tras contarnos su historia y previo pago de una generosa suma, si nos facilitaba el nombre y nos entregaba un retrato del individuo en cuestión procedíamos a proteger a nuestro cliente a distancia, ¿de que manera?, pues atacando a su enemigo con diferentes maldiciones, las hay para provocar enfermedades, para llevar al objetivo a la ruina, para cerrarle todos los caminos de progreso personal, y las peores las que le convierten en un maldito que solo acarrea desgracias a todos sus seres próximos y queridos, convirtiendo al objetivo del ritual en una fuente que irradia mala suerte a todo el que este cerca.

Decidí comenzar a hablarle a mis pacientes de mi “otro oficio”, si les veía receptivos abiertamente les ofrecía mis servicios en esta nueva vertiente. Si por el contrario se mostraban escépticos, hacia ver que lo había comentado a modo de anécdota y sin darle mucha importancia cambiaba de conversación. Poco a poco en un proceso gradual fui transformando mi negocio de consulta de fisioterapia a consulta de brujería.

Por echar las cartas cobro 40 euros, hay no existe apenas  beneficio, el dinero no se mueve en la adivinación la gente no esta dispuesta a pagar 80 euros para que les digas si dentro de tres meses tendrán novia, pero si pagan 300 euros por un ritual de amarre que asegure que la mujer a la que desean desde hace dos años se enamore de ellos, y si se trata de un rito para provocar un cáncer a un tipo que te ha quitado la mujer o ha hundido  tu negocio, pagan con gusto 1000 euros.

El negocio prosperaba, me mude a un piso mas espacioso y cerré definitivamente la Clínica de Fisioterapia, y un buen día,  uno como otro cualquiera recibí uno de estos encargos especiales, era un trabajo que requería bastantes materiales, sangriento y por lo tanto muy caro, lo acepte encantado.

Pero sobre todo fue el trabajo que lo cambio todo, que acabo con todo, pero no quiero adelantar acontecimientos lo contare todo paso a paso.

(1) Las FARC: Fuerzas armadas revolucionarias de Colombia, grupo terrorista de extrema izquierda financiado mediante el secuestro y el narcotráfico, hoy en día en proceso de disolución por negociaciones con el Estado Colombiano.

(2)Elegua: Representación del Dios en la religión Yoruba, presente en las puertas de las casas porque abre caminos y protege las viviendas, habitualmente antropomorfos representan perdonas de raza negra con el gesto de caminar, en otras ocasiones representados por un coco o piedra tallado con forma de cabeza humana.

(3)Religión Yoruba. De carácter politeísta, basada en la religión Congo de África central, y adaptada y mezclada por sincretismo al Catolicismo y a las religiones nativas americanas, fue extendida por este continente a caballo del comercio de esclavos, fundamentada  en el respeto a los antepasados fallecidos, con dos variantes magia blanca y negra.

Fin del capítulo I de “El Santero”.

En Valencia ( España), a 11 de Noviembre de 2023.

Ernesto.