El agua ya nos llega casi por las
rodillas, esos puñeteros herejes según ha dicho el Señor Capitán D. Marcos de
Toledo, han hecho reventar un dique para tratar de frenar a nuestro Ejercito, y
el Señor Duque de Alba a mandado a tres Compañías de los Tercios Viejos, entre
las que se encuentra la nuestra, a recuperar los diques para que no termine
ahogándose todo el Ejercito Español, amaneció hace un par de horas este 21 de
julio del 1568 y no se si lo veré anochecer.
-Esa paso cerca, agachad las
cabezas.
Es la orden que da el Sargento,
pues estamos andando como podemos entre la corriente del río, y los Holandeses
nos están disparando certeros cañonazos que casi nos rozan las cabezas. Me
llamo Ernesto, soy un arcabucero de los Tercios y ahora mismo tengo una preocupación
que ahoga todo mi ser, evitar que la humedad me inutilice el arma, pues todos
sabéis la sabiduría que demostró nuestro señor cuando hizo la pólvora, y el poco interés que puso en
hacerla una herramienta fiable para el soldado, pues si por cualquier azar el
agua llega a la bandolera del soldado donde lleva colgados sus apóstoles (1), el arcabuz pasa a tener la misma utilidad del garrote.
-aaaaahhhh.
Ha sido el grito de un pobre
desgraciado, al que una bala de cañón Holandesa a partido por la mitad.
-Arcabuces en dos líneas,
antiguos en primera nuevos en segunda, primera fijar las orquillas (2), y
cargar.
El Capitán termina de dar la
orden, y mis manos se atropellan, mientras meto la pólvora por el cañón y
aplasto la bala contra esta, algo me ha salpicad….joder son las vísceras de
Gines, le acaban de sacar las tripas con un tiro en el centro del cuerpo. Y un
soldado de unos 18 años tembloroso pero decidido, le sustituye junto a mi en la
primera línea.
-FUEGO.
El hombro casi se me sale del
sitio, y los oídos me pitan como si lucifer estuviese soplando dentro de mi
cabeza, pero no me preocupa siempre pasa con el primer disparo. La andanada ha
sido buena, un buen numero de rebeldes caen al suelo a unos sesenta metros
delante de nosotros, todavía estoy recargando mi arma cuando suena la segunda
andanada. Los Holandeses están respondiendo, aunque de forma desordenada, y
algunos de los nuestros caen.
-Arcabuces en retaguardia,
Piqueros(3) en vanguardia , avanzad, A LA CARGA.
Estamos subiendo por la cuesta
que nos lleva al puente desde el cual los Holandeses nos tiran de todo, los
piqueros están ensartando enemigos unos pasos delante de mí , disparo
arrancándole media cara a un rebelde, me cuelgo el arcabuz y desenvaino espada
y daga pues estamos al cuerpo a cuerpo, y lo hice justo a tiempo pues otro
hereje apareció desde la puta nada, y me lanzo un mandoble con su espada justo
al centro de mi cabeza, de arriba abajo, para partírmela como un melón, le
estoy parando el golpe y al mismo tiempo con la zurda le estoy clavando mi
vizcaína(4) hasta las entrañas, el tipo me mira sin verme con unos ojos muy
abiertos y perdidos, es la mirada de la muerte, ya la he visto antes, varias
veces.
Arranco la daga de su interior y
sigo acometido.
-Apretad las filas juntad los
hombros, por el Rey, por España, empujad, avanzad, joder….. no dejéis un
hideputa vivo.
Paro golpe doy estocada, doy
golpe, si lo paran doy estacada, saco retorciendo el cuchillo de dentro del
desgraciado de turno y sigo avanzando. Es mi trabajo, es mi vida, no pienso…..
sudo como un gorrino, no pienso, si piensas el miedo te invade solo aplico la
practica el oficio adquirido, paro, ensarto, avanzo, no me separo de mis
compañeros de diestra y zurda, si te separas te rodean, si te rodean mueres.
Nuestra caballería aparece en el centro del puente, con nuestra carga la vieja
y fiel infantería de los Tercios Españoles, quebró las primeras líneas
Holandesas abriendo hueco para que nuestro caballeros pudiesen penetrar y ahora
el puente es nuestro.
Los Flamencos no podrán seguir
abriendo compuertas, y nuestro Ejercito avanzara hasta aplastar al grueso de
las tropas de Luis de Nassau, lanzo una acometida, pero fallo, el cabrón salto
a tiempo, y su ejemplo lo están siguiendo todos, los enemigos saltan al río
para salvar sus vidas.
-Formar los cuadros,
contraatacarán enseguida, esto
esta empezando, o que pensabais.
El Capitán nos ha devuelto a la
realidad, la batalla no esta terminada, pero presiento que lo ara a lo largo de hoy, y con una victoria completa
para nuestros estandartes, pues me he girado y en lontananza pero acercándose a
marchas forzadas, se aprecian a los Tercios Viejos de Sicilia y Lombardia.
Nuestros refuerzos, eso me tranquiliza, y con la relajación noto el dolor,
algún Flamenco consiguió traspasar mi coleto de cuero, y tengo una herida entre
las costillas, pero es superficial, algún día moriré como todo hijo de
vecino,,,,,,, pero hoy no.
Me despierto sobresaltado, he
soñado que estaba en el siglo XVI luchando en Flandes. Hoy que ni siquiera
tengo servicio, joder estoy obsesionado, mi ex tenia razón, estamos en el año
2012 y voy a desayunar y luego me “pirare” al gimnasio, el lunes cuando cuente
esto en el Regimiento “se van a descojonar”.
Al levantarme de la cama, noto
una punzada de dolor en el costado, pero,,, si estoy sangrando, estoy herido en
la misma zona que en mi sueño. Debería de asustarme, una persona cuerda se
asustaría, pero yo sonrío, miro la
herida y no es grave, y además ganamos. Algún día moriré, pero hoy no.
(1,tubos cargados de pólvora, con la cantidad justa para un disparo cada uno de ellos, que el soldado llevaba cruzados al pecho en numero de 12, de ahí el sobrenombre de apóstoles), (2,vara metálica que servia como apoyo del arma en el suelo, para hacer fuego),(3,las picas, lanzas de cinco metros y medio, que servían para tratar de detener cargas de caballería enemiga, y para la lucha entre cuadros de infantería, aunque evidentemente con esas dimensiones no eran lanzables), (4,Toledana era el sobrenombre de la espada, y vizcaína lo era de la daga)
Fin de Nosotros los viejos Soldados.
(1,tubos cargados de pólvora, con la cantidad justa para un disparo cada uno de ellos, que el soldado llevaba cruzados al pecho en numero de 12, de ahí el sobrenombre de apóstoles), (2,vara metálica que servia como apoyo del arma en el suelo, para hacer fuego),(3,las picas, lanzas de cinco metros y medio, que servían para tratar de detener cargas de caballería enemiga, y para la lucha entre cuadros de infantería, aunque evidentemente con esas dimensiones no eran lanzables), (4,Toledana era el sobrenombre de la espada, y vizcaína lo era de la daga)
Fin de Nosotros los viejos Soldados.
En Valencia (España), a Mayo de 2012.
Ernesto.
Hola Hermano, está muy bien esta historia. Cómo se nota que te gustan las historias de miedo, porque hasta en ésta has incorporado ese elemento....aunque al final.
ResponderEliminarHola Sonia, muchas gracias, si me encanta el terror paranormal, y desde luego esta narración ha sido en mi estilo muy innovadora. Para mi ha sido un homenaje al maestro D. Arturo Perez-Reverte y su serie sobre el Capitán Alatriste, al final introduzco esa cuña tan especifica mía, pero no la concluyo, dude en hacerlo, pero decidí perdonar la vida de nuestro personaje para escribir algo distinto y con final abierto. También hubiese disfrutado mas siendo mas técnico en el lenguaje de época, sobre todo en los términos de militaria, y haberme ahorrado las explicaciones, pero entonces hubiese escrito para mí, y los demás seguidores de Webs excelentes como www.elgrancapitan.org o los textos que cito en la bibliografía y otros, y esa no es la idea, bueno no te aburro mas, un saludo.
ResponderEliminarHola "Guerrero Consciente", creo que fue buena idea perdonarle la vida al personaje, porque así podrás retomarlo más adelante si decides seguir escribiendo más aventuras de este género. Lo cual, me parecería una buena idea.
ResponderEliminarA mi juicio, has combinado con bastante éxito los tres elementos: el histórico, el militar (aunque un poco escaso, no por el tecnicismo del lenguaje, sino por lo corto del relato), y lo paranormal.
Pero bueno, me ha gustado bastante la historia en su conjunto.
Un saludo y a seguir creando...
Muchas gracias Sonia, quiero seguir creando, y sobre todo quiero tu continúes leyendo lo que escriba.
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